Valeriu Ioan-Franc, Miembro de la Academia Rumana y Académico Correspondiente para Rumanía de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras (RACEF), abogó por una humanización de la ciencia y, con ella, de la economía, para configurar un mundo sostenible y equitativo durante su intervención en el Seminario Internacional Abierto que la Real Corporación celebró entre los pasados 8 y el 9 de junio. Ioan-Franc presentó el trabajo "Arrêtez de jouer au bon Dieu. La voie (ou la prémisse) du sauvetage mondial", que firmó junto a Andrei-Marius Diamescu, del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas Costin C. Kiritescu de Rumanía.
"El principio de autorregulación a través de mecanismos de libre mercado fue aniquilado por la crisis económico-financiera de 2008 y todas las teorías sobre el bienestar o la asignación eficiente de recursos se ven contradichas por la polarización cada vez más evidente con la realidad que vivimos. La globalización, asimismo, muestra en realidad un lado oscuro y se hace imposible vislumbrar cualquier marco de bienestar sostenible en el contexto actual", atestiguó el Académico. Ante esta realidad, Ioan-Franc planteó la alternativa de una ciencia y un capitalismo humanistas que permitan construir un nuevo mundo más amigable y, sobre todo, con futuro.
"Durante décadas, si no siglos, nos hemos jactado de haber controlado con éxito la naturaleza a través de la ciencia y nos hemos proclamado los seres más inteligentes de la Tierra. Hemos descubierto nuevas formas de producir energía, hemos expandido la Tierra hacia el océano, estamos influyendo en el clima, estamos cambiando la composición del suelo y, desde hace un tiempo, estamos clonando seres vivos. T todo esto en nombre de la ciencia, sin preguntarno, ¿a qué precio?", se cuestionó el ponente.
El Académico apeló a una ciencia y una economía amables con los recursos naturales para satisfacer las "necesidades humanas reales" a largo plazo, realistas, establecidas por consenso y reguladas con rigor. "Debemos limitar el papel económico de la ciencia para no volverla inmoral, especialmente cuando el propósito de su uso se limita a la adquisición de riqueza", concluyó.
